martes, 7 de febrero de 2012

Bichos nefandos, terapeutas nuevos.


Después de unos días verdaderamente intensos, logré descansar un poco y relajarme con el fin de semana largo. Estuve recibiendo visitas cuya compañía resultó muy terapéutica y estoy bastante agradecida con ellos. El domingo logré vencer dos miedos: pasar una noche con mi bebé en completa soledad en nuestra nueva casita y matar una cucaracha. Sólo quien ha vivido conmigo sabe de mi profunda fobia hacia ese nefando bicho y, sólo quien ha vivido conmigo entiende las implicaciones de semejante bichocidio.


Y hablando de fobias, hoy estrené terapeuta. La colega anterior decidió que requería de otro tipo de empujón y heme aquí, ante un espejito diferente que me enseñará una nueva perspectiva de mí. Para ser la primera sesión estuvo bastante fuerte, me siento aporreada físicamente. Ya lo veía venir, la verdad es que no es para menos dado el peso del costalito emocional que he cargado en los últimos meses. He de confesar que tenía mis dudas ante el cambio, también confieso que soy bastante soberbia y exigente con los compañeros de profesión y más si se trata de ponerme en sus manos. Sin embargo, estuvieron tan cabrones los chingadazos que decidí aguantar, este proceso promete bastante.


Dos tareas psicoterapéuticas para esta quincena: renunciar a las migajas, a las dádivas condicionadas. Quien me quiera regalar algo, que me lo dé como va, sin chantajes ni manipulaciones; de lo contrario, no quiero nada. Y, dejar de evadir el conflicto, sacar los dientes, afilar las uñitas, en pocas palabras: hacer del coraje mi mejor aliado, porque de cualquier manera acabo haciendo unos berrinches absurdos con los que muy poco he conseguido. Mejor de una vez le entro a los putazos, total, ya no se puede ocultar el brincoteo ante esta superficie llena de baches.


Fotos: alguna vez trabajé en una sesión de psicoterapia con arenero, el resultado fue maravilloso, un mapa mágico de mis deseos. A ella, esa terapeuta hermosa, le estoy muy agradecida. Me le cuadro donde la vea, como colega y más como paciente.


Y… la nostalgia invadió mi corazón con las visitas recibidas. Fangoria es un punto recurrente e inevitable en esos momentos:


  


Entre mil dudas by Fangoria on Grooveshark

2 comentarios:

Vala Sailhin dijo...

Verte de nuevo, así como antes pero todo tan diferente, fue una agradable sorpresa y verte de nuevo, así como antes pero más chingona y más completa, fueron muchas ganas de seguirte viendo sólo para saber como sí son posibles un montón de cosas.

Mandarina Concupiscente dijo...

<3 ¡Qué sorpresa tan bonita! Gracias por esta visita, también aquí es terapéutica. Gracias por las palabras, me las quedo como un ramillete de flores en el pecho.
Besos *_*