Leves memorias, cartas a sí misma, que escribe una Mandarina en estado de concupiscencia y libertinaje pragmático, sobre todo a nivel doméstico.
lunes, 22 de junio de 2009
Dolor a fuego manso...
Nunca había sentido esto, no me cabe en el cuerpo. Ni llorar, ni gritar, nada. Solo esperar a que amanezca, que la luz de la ventana me traiga un poco de distracción, que corra el tiempo.
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