El conflicto
Toda la semana pasada mi déficit de atención llagó a su límite, y tuve la extraña sensación de que anduve dejando pedazos de mí en cada lugar que visité. No es agradable, esa sensación de vivir un poco difuminada me perturba, además de que en dos días perdí trescientos cincuenta pesos, un juego de llaves y un monedero muy estimado. Dicen que es el estrés y no lo dudo, sin embargo me causa una terrible impotencia el no encontrar la claridad mínima para ordenar las cosas de acuerdo a su justa prioridad.
Ayer se me rompió la tortilla de un taco y creo que es la imagen perfecta que describe mi sentir, esa frustración entre la satisfacción inminente y la tortilla mojada, rota y castrante que me deja con la boca receptiva y sin recibir. Osch.
La resolución
Inicié el día con una sesión musical de adolescencia tardía y creo que recibí un mensaje existencial. Me urge hacer un viaje en el tiempo, hay al menos un par de cosas que necesito negociar conmigo. Yo ya tengo listas las maletas, solo falta esperar a que pase un incauto “coyote” que me ayude a cruzar la frontera hacia mi sur, de lo demás yo me encargo solita.
Imagen: Elena Kalis
Toda la semana pasada mi déficit de atención llagó a su límite, y tuve la extraña sensación de que anduve dejando pedazos de mí en cada lugar que visité. No es agradable, esa sensación de vivir un poco difuminada me perturba, además de que en dos días perdí trescientos cincuenta pesos, un juego de llaves y un monedero muy estimado. Dicen que es el estrés y no lo dudo, sin embargo me causa una terrible impotencia el no encontrar la claridad mínima para ordenar las cosas de acuerdo a su justa prioridad.
Ayer se me rompió la tortilla de un taco y creo que es la imagen perfecta que describe mi sentir, esa frustración entre la satisfacción inminente y la tortilla mojada, rota y castrante que me deja con la boca receptiva y sin recibir. Osch.
La resolución
Inicié el día con una sesión musical de adolescencia tardía y creo que recibí un mensaje existencial. Me urge hacer un viaje en el tiempo, hay al menos un par de cosas que necesito negociar conmigo. Yo ya tengo listas las maletas, solo falta esperar a que pase un incauto “coyote” que me ayude a cruzar la frontera hacia mi sur, de lo demás yo me encargo solita.
Imagen: Elena Kalis