miércoles, 27 de julio de 2011

Mudarse en tiempo de lluvias (a veces no queda de otra)







(...) Puse un fajo de fotografías en un sobre, lo pegué, lo até con una cinta y lo metí en el fondo del cajón. De vez en cuando, saco el sobre, lo toco, bajo las yemas de los dedos siento el dolor y sé que todavía no es hora de abrirlo. Pero un día, cuando el dolor desaparezca, lo abriré, miraré las fotografías y las clasificaré en el álbum. Las seleccionaré atentamente, las colocaré con esmero cuidando de que no se me escape ningún error. Me sentaré en esa ocasión junto al cristal de la ventana contra el que golpearán las primeras gotas de lluvia otoñal...

Dubravka Ugresic, “El Museo de la Rendición Incondicional”





¿Ya lo sentiste?, comienza el desprendimiento, el tiempo se llena de color sepia y la piel suelta más partículas de lo acostumbrado. Todo pareciera explotar silenciosamente como endometrio que todavía no recibe a un blastocito para darle alojamiento. Se eriza la piel y puede resultar un buen momento para encender el caldero, ojalá que sea verdad, que existan árboles que abrazan el dolor, que existan huevos que se llevan los embrujos, que siempre haya una posibilidad para volver a iniciar.
































Imágenes de algún viaje, de ésos que inexplicablemente jamás se repetirán.

No hay comentarios: